Artur Bossy y yo al final de la prueba.
Primera carrera popular de
montaña de la temporada para mí en la 22 edición de Cànovas, un pueblecito cercano al parc natural
del Montseny.
A ojo de buen cubero éramos unos 150
o 160 atletas. Antes de empezar muchos se han despojando de alguna capa, yo me he quedado con
mi camiseta manga larga, y me ha venido
muy bien, sobre todo en la parte de sombra dentro del bosque donde no tocaba el
sol. El día era perfecto, la gran mayoría temíamos correr con mucho frío por como había sido la semana, finalmente la temperatura ha sido ideal.
Éramos pocos y se
respiraba adrenalina, esa que vas a necesitar cuando vienen las trialeras de Mordor como decía Artur, segundo en la prueba de hoy.
Estábamos
en la línea de salida, han pitado y empezaba la prueba, o eso creímos, porque
nos pararon como buenamente pudieron,
faltaba el coche de la municipal que todavía no se había posicionado. Una vez nos colocamos, otro pitido daba la salida oficial a la prueba.
1500 m de asfalto para
pasar a un camino forestal, poco a poco la pista se inclinaba hacia el cielo, y yo ya estaba con
mi ritmo cómodo, iba subiendo alcanzando a otros atletas y siendo alcanzado,
los primeros kilómetros sirven para posicionarse y estudiar como sientes el
cuerpo.
Según la inscripción eran 20
km, finalmente han sido 16. En estas carreras es bueno ser prudente, dicen que en montaña se pierde subiendo y se gana bajando.
Al llegar al km 5 teníamos un
avituallamiento y la pista pasaba a ser una trialera que te obligaba a caminar,
sí o sí. Al grito de "se acabó el calentamiento" es donde he aprovechado para adelantar a unos 6 compañeros de
ruta, aquello se había puesto muy serio de repente, y era un buen momento para ponerse las pilas.
Seguimos subiendo hasta que hemos entrado de nuevo
en otra pista forestal, a medida que avanzábamos en ella ha pasado de ser plana a transformarse en una
tremenda bajada. Se volvían a juntar unos cuantos detrás de mi estela y al
comprobar que la larga bajada formaba parte del camino de vuelta al pueblo, me la he jugado, he dejando
correr las piernas y aumentar el ritmo de nuevo, he conseguido alejarme de mis
perseguidores y rebasar a otros tres hasta cruzar la línea de meta. Finalmente 1h 15’ 33” según mi crono y en la posición
18.
Al ponerme a caminar dos llagas muy hermosas en los talones, han ratificado lo que llevaba días pensando, es hora de cambiar de zapatillas.
A todas estas sensaciones, el próximo año le voy a añadir un ingrediente muy especial. Durante todo el 2013 voy a correr para Menudos Corazones, una fundación sin ánimo de lucro que se ocupa de mejorar la calidad de vida de niños y adolescentes que padecen de cardiopatías congénitas y la de sus familiares.
¡Chicos y chicas, esto va por vosotros!
En próximos posts os contaré de dónde nace esta idea, quiénes son más profundamente y cómo lo vamos a hacer.
Saludos
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