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sábado, 16 de agosto de 2014

Salisbury 5-4-3-2-1



Otra muesca en las piernas, esta vez con un ultra de 50km.

Recibí una invitación hace unos meses para ir a Inglaterra a correr con unos amigos y al contestar con un sí, sabía que había que prepararse a conciencia.

El fin de semana fue de película, el viernes llegué a mi destino, el sábado relax y el domingo a correr.


Viento y Lluvia madrugaron y cuando llegamos al parque de bomberos a recoger los dorsales ellos ya lo tenían. Pregunté si Frío iba a venir pero nadie lo sabia con seguridad. 

Corrí de forma individual y también por equipos, la idea era bajar de las 13h30' sumando el tiempo de los tres atletas que lo formábamos. 
                              
Había tanto respeto a empezar que la organización nos animó a acercarnos a la línea de salida, quedaban 30" y le estábamos haciendo la cobra. 

Tenía las ideas muy claras, conseguir mi ritmo de crucero a 4'45" con el objetivo de llegar a meta, regular la bebida y la alimentación y sobre todo, recordar que 50km son muchos kilómetros como para dejar a las emociones sueltas revoloteando por la mente. 


Entre mis ocho amigos suman 332 maratones
Al salir confirmé que las patorras que había en la cola para recoger el dorsal no eran patas de postureo, eran pata negra. Ritmos de 4'30"/25" nada más salir, distaban mucho de mi ritmo planeado pero de repente, en esos primeros 4' de frescura, energía y adrenalina, empiezas a escuchar esas voces internas, como de sirenas en el mar, vete con ellos, estamos bien, son 5, ponte a rueda, síguelos, y en ese momento me aferré a lo que había entrenado, al plan inicial y frené. Reduje el ritmo poco a poco hasta conseguir el que había establecido en el libro de ruta.

El terreno era muy variado, pista forestal, senderos, asfalto, mucha hierba y barro, zonas que la lluvia dejó muy peligrosas.

Esta carrera forma parte de un evento solidario organizado por los bomberos de Salisbury, está compuesto por 5 carreras, 50km, un maratón, 30km, una media y un 10km. 

Los corredores del ultra compartíamos recorrido con los del maratón y en nuestro km 10 nos juntamos la cabeza de carrera del ultra con un nutrido grupo de atletas del maratón que habían empezado su prueba 30' después que nosotros. Fue aquí, donde nos dio alcance Caos. Perdí las referencias de dos chicos que me precedían, de repente sólo había marcas para el maratón y el ritmo cayó en picado, íbamos en fila de a uno por un sendero estrecho con hierba alta y empecé a dudar de si me había perdido en algún cruce. Esta incertidumbre afortunadamente se aclaró en mi favor unos km más tarde.

En el km 24 llegamos a unas rampas en pleno bosque de lo más bellas, a esto había que sumarle que las lindes de los campos estaban separadas por puertas o por vallas que había que saltar. Durante los primeros kilómetros las pasaba grácilmente, pero metidos en carrera y sobre todo habiendo cruzado el ecuador, aquellas vallas parecían muros.

Me puse a rueda de un chico que corría el maratón, aceleré un poquito para ir con él en las subidas y en las bajadas y al llegar al plano, el apretó, o yo aflojé, no lo sé, la cuestión es que su espalda cada vez era más pequeña hasta que lo perdí de vista. 

Ya en soledad, seguía a lo mío, sumando pasos, metros y kilómetros, si mis cálculos eran buenos iba sobre los 10 primeros. Lluvia finalmente perdió ritmo y se retiró en el km 27, mientras tanto, Sol llegó, tímido pero con buen ritmo, dispuesto a cambiar los colores de la carrera, cosa que consiguió. Llegó tarde a la recepción del dorsal, pero se puso las pilas y nos acompañó hasta meta. Me alegré mucho al verle.

En el avituallamiento del km 35 apareció como de la nada, Nick, uno de mis compañeros del equipo, llevaba un ritmo muy alegre, hice un pequeño esfuerzo para seguirlo pero el personal del cerebro retuvo la intentona, era día de escuchar con oído muy fino los mensajes de la azotea. 

Acompañé a Nick con la mirada, mientras daba alcance a 2 competidores del ultra en el km 40. Última serie de 10km para llegar a meta. Mentalmente dibujé un pastel de 5 porciones, cada porción estaba rellena de 10km y sólo me faltaba completar la última. En el km 45 la compañía decidió aumentar el ritmo, a lo que esta vez el cerebro dijo ¡a toda máquina! y la contestación del maquinista fue ¡haaaslotuuu! No daba más, del km 47 al 50, el isquio derecho empezó a dar señales de quererse enganchar y se sumó a la fiesta el vasto interno del cuádriceps derecho. Era divertido, a la que intentaba acelerar el ritmo, una fuerte señal en forma de dolor agudo atravesaba mis fibras musculares. 

Recibí un burofax del cerebro, se había cerrado en banda, el escrito rezaba "hoy cruzamos meta, aunque sea a cuatro patas". Con lo que ajusté el ritmo de la respiración y acoplé los pasos a ella y así di tiempo a que el gps pitara el km 50. No veía la meta, pero la intuía cerca, 350m después vi a Nick, me chocó la mano y di el resto, parando el crono en 4h 20'. 

Estoy muy contento de cómo discurrió la carrera, aprendí mucho. Dice un cliente mío, campeón de España absoluto de 5000, que nada te da más experiencia que el día de la carrera y tiene razón. 
El resultado en la general fue, 12ª posición, 1º de mi categoría y 1º por equipos, con el objetivo más que cumplido, el crono final fue, 13h20'.

Camiseta del equipo: banderas del país y la región, USA, Carolina del Sur, Inglaterra y Wiltshire.
Después de varias palizas kilométricas he tomado la decisión de volver a los orígenes. Voy a preparar a fuego un 10k, luego una media y finalmente haré mi primera maratón.

Ya os iré contando, saludos.



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