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jueves, 28 de enero de 2010

Entrenar en ayunas: beneficio o riesgo


Otra lección de Serafín Murillo nuestro nutricionista.


En los últimos años, algunos nutricionistas y entrenadores personales suelen recomendar realizar algunas sesiones de entrenamiento en ayunas. El objetivo de este tipo de entrenamiento sería incrementar la adaptación del organismo al ejercicio, facilitando el consumo de grasas y preservando las reservas de glucosa.


Se debe recordar, que el organismo es capaz de almacenar grandes cantidades de grasa pero, en cambio, solamente puede contener unos cuantos cientos de gramos de glucosa, almacenada como moléculas de glucógeno en el hígado y en el músculo.


La glucosa es el combustible muscular imprescindible para realizar ejercicios de media y alta intensidad (frecuencia cardiaca elevada), mientras que los ejercicios de baja intensidad suelen utilizar mayoritariamente grasas como sustrato energético.


El objetivo de cualquier atleta será preservar sus reservas de glucosa, pues esta glucosa almacenada le permitirá realizar trabajos musculares de mayor intensidad, llegando así a su mayor capacidad de rendimiento.



No obstante, parece ser que la estrategia del ayuno no solamente puede ser errónea sino también contraproducente.


En primer lugar, el entrenamiento en ayunas no “enseña” al organismo a consumir más grasas y menos glucosa. Ese objetivo solamente se puede conseguir mediante un buen entrenamiento. Al mejorar el estado de forma, el organismo es capaz de realizar un mismo ejercicio, a la misma intensidad, pero con un menor incremento de la frecuencia cardiaca y el consumo de oxígeno. Eso es lo que realmente da lugar a un mayor ahorro de glucosa.



En segundo lugar, al realizar ejercicio en ayunas, las reservas de glucosa se vacían con mayor rapidez, apareciendo rápidamente la sensación de fatiga e imposibilidad para mantener ejercicios de media o alta intensidad. Es entonces cuando el organismo debe conseguir glucosa, y ante la dificultad de conseguirla a partir de la glucosa sanguínea, debe incrementar la producción propia. Este es el aspecto más “peligroso”, pues una de las vías de producción es la obtención de glucosa a partir de las proteínas que forman la masa muscular.


Por tanto, se deberían evitar aquellos entrenamientos en ayunas, especialmente si se realizan a media o alta intensidad o por periodos de más de 30-40 minutos pues además de ser de dudosa utilidad, pueden incrementar la pérdida de masa muscular, lo cual podría influir decisivamente en el rendimiento final del atleta.



Saludos

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