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martes, 16 de abril de 2013

4h 09' 43"

Triste, es la palabra que define el estado en el que me estoy encontrando durante bastantes minutos desde que un amigo por twitter me dió la voz de alarma de lo que estaba sucediendo en Boston y eso sólo era el principio ya que al contemplar con ojos de padre enamorado de su hijos que soy, la desoladora, amarga y desgarradora imagen que este año se ha llevado el premio Pulitzer, del fotógrafo español Manu Brabo, me sumí en ese bucle de preguntas, sin respuestas convincentes del que cuesta salir.

No alcanzo a comprender por que el hombre cuando tiene dificultades en conseguir algo y cree quedarse sin recursos, acude a la fuerza y llega a atentar para provocar dolor físico, incluso, es capaz de arrebatar la vida a personas, por el mero hecho de ser más. ¿Más qué quien?

Soy consciente que tenemos muchas guerras abiertas en el mundo, y de los muertos que en ellas hay, el premio Pulitzer 2012 muestra la cobardía en su grado más excelso de la miseria del hombre. Soy nieto de un soldado de la guerra civil, que sobrevivió a un ataque con obuses y quedó enterrado durante tres días, lo pagó con una ceguera de por vida. Miro atrás y veo que no queda tan lejos...

Por eso desde el estado del bienestar, la libertad, la paz, sigo sin entender como el ser humano puede ir a una fiesta y destruir una celebración de algo tan grande como un maratón. Siento que no se ha atentado contra una ciudad, un país, una cultura, va mucho más lejos, se ha atentado contra los que amamos el deporte, da igual lo que practiques y tus condiciones, no importa, lo que importa es que hay un denominador común, nos gusta el deporte
Creo que los que amamos el atletismo sentimos hoy una fuerza interior que romperá muchas barreras. La desolación va a dar alas para los que tenían dudas en salir a rodar por primera vez, estoy convencido que desde ayer muchos han dicho SÍ, a preparar un maratón, porque los que amamos el deporte no ganamos por la fuerza, somos ganadores por convencimiento, trabajo, tesón, perseverancia y amor propio. 

Desde el respeto, me uno al dolor de los que han sufrido tanto.

Un Saludo.


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