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martes, 30 de abril de 2013

Vilatrail, meta y van 4

Durante el mes de Abril, he empezado a meterle metros de desnivel a las piernas en cuanto a calidad se refiere, esta carrera tenía más acumulado y quería aumentar el ritmo para ir más rápido. 
Mientras, nos han confirmado la presencia en la trail de Andorra para Junio y estamos a la espera del sorteo de la de Cavalls del Vent para Septiembre. El 14 de Mayo sabremos si somos del grupo de los afortunados en participar de la travesía de 100km y los 13500m acumulados. Entre tanto seguimos nuestro camino, más entrenamiento y participar en una carrera el mes de Mayo.

Otro evento en el que quiero estar presente es la challege de Calella. Acompañaré a un gran amigo, deportista y padrazo. Se le ha ocurrido la brillante idea de hacer dos medio Iroman en un mes, mientras levanta fondos para Menudos Corazones y Caico, en breve le dedicaré un post para que sepáis de que tipo de persona hablo, su nombre es Arturo Cimarra y le podéis conocer en http://lifesworthrunning.tumblr.com/

Vilatrail.
 Inmersos en plena borrasca el domingo 28 salí a competir en la población de Vilassar de Dalt. Iban a ser 19 kilómetros y 1900m de desnivel acumulado.
Durante el  minuto de silencio en recuerdo por las víctimas del maratón de Boston  mi piel sufrió una contracción más tensa de las que suelo tener en los momentos previos a la salida.
Los aplausos cesaron a la señal que dio paso al inicio de la prueba, eran las 9:00 y de forma puntual y divertida empezó también la lluvia que iba a fluctuar en fuerza y presencia a lo largo de la prueba.

Salí con los de delante, con precaución en el ritmo, quedaban 19000m por cubrir. En el tercer kilómetro, el terreno se inclinó lo suficiente como para ver que los que me precedían empezaban a estar más cerca pero mis piernas me dijeron que era un buen momento para ponerse a caminar lo más rápido posible y así comprobar que ese acercamiento era momentáneo,  lo que estaba pasando es que a ellos les había pasado la misma sensación segundos antes. A la altura del kilómetro 10 cuando el crono marcaba 56' me encontraba rodeado de los mismos atletas, lo que podía avanzar en las bajadas me lo recortaban después en las subidas, fue un tira y afloja hasta el kilómetro 18, cuando no se de dónde aparecieron  las fuerzas del orgullo, esas que hacen que huelas la línea de meta, las que hacen desaparecer los dolores y sientes que tus pies quieren volar. A estas sensaciones se sumó el adelantamiento de un corredor que venía con mejor ritmo, de repente sentí que podía irme con él y aceleré hasta la misma linea de meta. Durante esos metros ví atletas que hacia rato les había perdido el rastro y eso también me animó a avanzar más rápido. Lo sé, lo sé, hombres... pero la sensación de volar se había adueñado de mi cuerpo durante aquella bajada de camino ancho que nos introducía en el pueblo, para serpentear por sus calles y desembocar en una bonita cuesta, la última, 30m donde la carrera llegaba a su fin y ella con el fin de mis fuerzas.

Muy feliz, otra meta en nombre de Menudos Corazones, y además con un buen crono 1h 43' y en la  sorprendente posición 17 de la general.

Esta semana me la tomo de recuperación y vuelvo al ataque en cuestión de días.

Un Saludo.




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